Duelo en las afueras del bosque

Desde que empecé en el mundillo de las miniaturas, mi categoría favorita en los torneos de pintura siempre han sido los dioramas, y siempre he querido hacer uno. Hacer un diorama no es un problema, pero sí lo es guardarlo, así que me he decidido por hacer una escena de batalla, sustancialmente más pequeña y acorde a mi espacio.

Dentro de los dioramas, podemos encontrar los que nos cuentan una historia que está pasando, otros nos cuentan una historia que está por llegar, y este quiere ser uno de estos últimos; el comienzo de un enfrentamiento entre dos potencias rivales, por un lado un Wolfen, al otro un esqueleto, una lucha desigual, pensaríamos muchos, pero los esqueletos no suelen ir solos, así que más le vale al Wolfen darse prisa en encontrar a quien controle a este paladín esqueleto, o en poco tiempo su bosque será solo un recuerdo en los mapas de historia.

La idea

Buscando en mis cajas de miniaturas encontré al Wolfen de Confrontation y desde hace ya algún tiempo quería pintarlo pero, como no lo voy a usar para jugar, decidí buscar a un rival que no le quitara  protagonismo, enseguida encontré a una pareja de esqueletos también de Confrontation y, después de pensarlo unos minutos, decidí poner solo a uno de ellos, el motivo fue simplemente el tamaño de la base.

Una vez escogidas las miniaturas realicé el suelo de la escena, para ello usé arcilla blanca, la próxima vez cambiaré de material ya que no me ha convencido el resultado, una vez se seca encoje un poco y se comba.

Al realizar la peana hice un montículo para el esqueleto con el que darle altura y situar la mirada a la altura del Wolfen, la pose de los dos es perfecta puesto que uno está en posición defensiva y el otro claramente desafiante lo que, creo, le da fuerza a la escena; en el lado del Wolfen le puse un árbol con el que darle verticalidad a la peana y con eso posicioné a los contendientes y fijé sus anclajes antes de pasar a imprimar pasadas 24h para asegurarme de que la arcilla blanca se secara completamente.

Zona de pintura

Con la idea lista y las piezas encajadas tocaba empezar a pintar. Empecé por la peana, y como siempre, la imprimación la realicé en negro, quería que la escena fuera oscura, por eso escogí los tonos grises para el suelo, una vez pintado, realicé unas pasadas en marrón para rematar la composición con algo de verde.

A continuación me dediqué al esqueleto, básicamente quería algo sencillo; armadura deteriorada, escudo de madera y un toque de color con el penacho que junto a la funda de la espada representaría lo que podría ser el color de la orden a la que perteneció en vida este paladín no-muerto.

Por último el Wolfen, en realidad es el que más trabajo me dio, el pelaje lo quería gris blanquecino, en contraste con el gris más oscuro del hacha, y las zonas de ropa en color rojo que creara un fuerte contraste con el resto de la escena, en general, creo que conseguí lo que buscaba con él.

Conclusión

Para ser mi primer diorama, o escena de batalla, estoy contento, creo que de un vistazo se puede entender lo que está pasando y lo que está a punto de pasar, el Wolfen con su grito al aire es una pieza ideal para este tipo de trabajo y ayuda mucho a un novato como yo en que quede más espectacular sin tener que hacer nada, poner hojas por el suelo y el árbol le ha dado un aspecto más creíble a tener un tronco muerto por ahí sólo porque sí, ya tengo ganas de pensar en un próximo diorama, espero que este os guste y me deis ideas para un próximo, aunque no creo que lo haga en breve 😉

 

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