Hace ya algún tiempo me compré el libro básico de Frostgrave, con el hype por las nubes al tener un juego que me recordaba a Mordheim, preparé mis minis de Goblins de tercera edición para librar salvajes batallas en la Ciudad Helada de Felstad, mientras mis Chamanes lideraban a la banda en busca de los más grandiosos tesoros de una civilización perdida bajo la escarcha, un Orco Negro se vio envuelto en un destino que no era el suyo.
El encuentro
Escapar de los Enanos del Caos no fue tarea sencilla, esos malditos tapones corruptos sabían como esclavizar de manera muy eficiente, de hecho pensaba aplicar todo lo aprendido observándolos en cuanto supiera dónde estaba, pero sobretodo dónde estaban el resto de chicos. La tormenta de nieve fue el detonante para la huida, pero algo pasó durante la batalla en el puente, no se veía nada a un palmo, así que le atizaba a amigos y enemigos por igual, no tenía sentido preocuparse por si era el blanco correcto o no pero, cuando cedió el puente, la caída no fue como esperaba… De repente se encontró flotando aferrado a un hacha, esperando un golpe que no llegaba, un destello le obligó a cerrar los ojos, aún así seguía asestando golpes con el hacha al aire, por si acaso, nunca se sabe cuando puede aparecer un traicionero Hobgoblin aprovechando que cierras un ojo, al abrirlos, se encontró en medio de ninguna parte rodeado de goblins de lo más peculiares, uno de ellos tenía pinta de chamán de los buenos, de los que tiran rayos y no explotan solos, había otro chamán a su lado, en este caso de los que sí explotan solos, así que no tenía dudas sobre quién era el jefe, al menos de momento, y sobretodo mientras el garrapato gigante que masticaba la túnica roída del chamán bueno no se apartara lo suficiente para ser seguro…
El chamán abrió la boca y dijo:
– Ya eztamoz todoz en marcha, tenemoz un tezoro que encontrar.
¿Qué significaba estamos todos? pero más importante aún, ¿un tesoro? bueno, está claro que los chicos están perdidos y un buen tesoro siempre es agradable, ya se ocuparía después de aclarar el tema de quién es el jefe y averiguar dónde estaban los tapones que estaba matando…
Pintado de la mini
Bueno, pues esta es mi versión de cómo un orco negro acaba a las ordenes de un pobre chaman goblin, pero sobretodo es la excusa perfecta para meter una miniatura brutal en un pequeño contingente de goblins busca tesoros y una excusa aún mejor para pintarla. No me he complicado mucho la vida con la elección de colores, sigue la estética general de mi ejército de Orcos y Goblins, con una gran proporción de rojo, que siempre le queda bien a un piel verde, y si algún día se cansa de las zonas nevadas, con un cambio de peana lo dejo listo para seguir dando guerra en el viejo mundo.
La única pega de todo esto es que no he podido llegar a probar el juego, es lo malo de que tu grupo esté enganchado a Games Workshop y a sus reglamentos, y cuesta que entiendan que pueden usar esas mismas miniaturas, dados y escenografía para otra cosa, porque lo único que tienen que hacer es querer pasar un buen rato, que el reglamento lo pongo yo, pero tranquilos, que llegan las Hermanas de Batalla para salvar el universo ¬¬
Os dejo con la mini, espero que os guste.
Un saludo.
Al Rincón de Pintar 