No son pocas las personas que me preguntan de un modo u otro en qué ando liado y destacan lo rápido/lento que he pintado alguna cosa en particular, y eso me hace reír por fuera y maldecir por dentro, mi escritorio es una jungla de miniaturas donde solo los más fuertes sobreviven pero, ¿cómo escojo mi siguiente víctima? os estaréis preguntando (seguramente no, pero como dicen por ahí, me doy importancia y saco musculito) pues os cuento.
Os podría vender humo tóxico y contaros que la inspiración me sobreviene por la noche, que me despierto sudando con la necesidad de coger una mini en concreto y no parar hasta terminarla, pero es mentira, mi realidad es muy distinta y creo que se parece mucho más a la de tantos otros. Mis ganas de pintar una u otra mini principalmente viene definida por la lectura que tenga en ese momento, o alguna película o serie que esté viendo o acabe de ver no hace mucho, de tanto en tanto también me pasa cuando empiezo a jugar otra vez a algo, pero normalmente las miniaturas que todo el mundo empieza a pintar como si no existieran otras me causan rechazo por saturación, y mi proceso de selección suele ser el siguiente en todos los casos.
Escogiendo miniatura
Miro mi estantería con ganas de pintar algo diferente, después de un primer vistazo rápido a mi cola de pintura me deprimo y me marcho, doy cien vueltas mientras maldigo, vuelvo a la habitación miro la estantería y nada me «sirve», saco todas las maletas de miniaturas, busco con ahínco algo que no sé qué es, pero que si lo veo…
Pues no lo veo… sigo buscando entre cajas, blisters y bolsitas con contenido vario y de repente ahí está, esa mini que apetece, que la ves y piensas ¿por qué no la pinté antes? y llega la realidad y me golpea, no está imprimada, ni si quiera está montada, y lo más importante, han pasado 2 horas y no me he puesto a pintar, la saco de su bolsa, caja, cosa, lo que sea que la contenga y me doy cuenta de que tiene mil partes para montar y no tiene peana…
3 horas, 0 pinceladas, vuelvo a mirar la estantería y veo la mini que empecé hace semanas y faltan por pintar los detalles (seguramente el arma y la peana, son mi cruz), guardo la miniatura en su lo que sea, cojo la mini que tengo a medias y pienso: mañana me pongo.
Y ese es mi proceso, y más o menos una vez al mes me pasa tal cual, pero siempre acabo pintando algo que tengo empezado o que la razón me dice por qué no la acabas ya y te la quitas de en medio, pero un día sé que montaré esa mini que había guardado, la imprimaré y entonces… Bueno, entonces me apetecerá pintar otra que no lo esté, es el ciclo sin fin que decían, os dejo uan foto de mi escritorio y su ubicación que da nombre al blog.
Y vosotros ¿como las escogéis?
Un saludo.
PD: El Mazinger mola mil y no lo pienso quitar.
La realidad tal cual la cuentas para los que no nos dedicamos de manera profesional a pintar.
Yo para escoger que pintar me marco metas, que las cumpla o no en la estimación acordada es otra historia. Hay que buscar el punto medio entre que te apetece pintar, que debes pintar y que deberías haber pintado.
Al final es un hobby y tienes que divertirte con él.
Mi secreto es ponerse metas realistas y cumplirlas, por ejemplo una unidad de 5-20 miniaturas al mes. Además de tener un lugar de pintura donde empezar o terminar la labor no te lleve más de 1 minuto, que tengas todo preparado para dar aunque 5 minutos de pinceladas mientras esperas a que sea la hora de dormir/salir/trabajar…
Me gustaLe gusta a 2 personas
Mas razón que un santo, al final se trata de buscar ratos para desconectar, pintar un rato y divertirse, gracias por pasarte y comentar. Un saludo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sigo dos métodos (más bien me dejo llevar) para elegir una miniatura y pintarla.
Primero- Necesito una miniatura para mi ejercito/banda. La tengo? Si, la pinto. No? La compro y la pinto.
Segundo- Influencia externa, miro alguna pelicula/serie, blog/Instagram de alguien que sabe pintar y no colorear muñecos como hago yo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Los dos métodos funcionan, depende de cada uno, pero como comento Francisco el caso es disfrutarlo, en mi caso el segundo método me gusta mucho, es verdad que me hace dar bandazos entre diferentes temáticas y diversificar pero lo disfruto, aunque cuando veo mis ejércitos pintados a parches lloro por dentro, gracias por pasarte y comentar.
Un saludo.
Me gustaMe gusta