Corre Swift, corre!!

Este marzo Big Child Creatives ha propuesto un reto de pintura desde sus redes sociales buscando crear comunidad de pintores entre los clientes de la marca, así que como el rollo reto es lo que más motiva para pillar pinceles y darle caña, aproveché la ocasión para realizar un mini diorama con la figura de Swift y unos restos que tenía por casa desde tiempos inmemoriales.

La idea

Swift es un ladrón, además de Hobgoblin, esto por si solo ya daba para una buena historia, pero es que encima está corriendo cargado con una caja de oro y un pulpo!! Así que ¿de qué huye Swift?

Claramente es de noche, un Hobgoblin que se precie y quiera seguir viviendo, no robaría a plena luz del dia, por desgracia para él tiene un pasajero acompañándole, la madre del pasajero se ha despertado y nota que su cría no está y empieza la búsqueda y persecución, así que el pobre Swift sale corriendo con un cofre de oro sin saber que le persiguen por llevar a un pulpo polizón dentro del cofre… ya tenemos historia, falta plasmarla.

Papel en mano, me hago un esbozo de lo que tengo en mente, dónde está nuestro protagonista y cómo interactúa con el escenario. Mi  primera idea fueron unas escaleras subidas a la carrera por Swift mientras un tentáculo lo persiguía escaleras arriba, pero no tenía muy claro cómo colocar el tentáculo; una opción era colocar un fondo marítimo desde el que se estirara,  pero me gustó más la idea de que surgiera del suelo, algo más psicológico que efectivo para asustar a nuestro Hobgoblin, pero el hueco entre escaleras para simular un barco era un problema, y en un entorno de madera un solo tentáculo me parecía poco, así que saqué a Swift a la calle de un puerto o similar, donde el tentáculo surgiera de una alcantarilla, coloqué un par de elementos detrás, con una rata observando la escena por si caía algo que pudiese comer y aprovecharse de la situación, ya teníamos marco.

Lo bueno de llevar años acumulando miniaturas es que te encuentras con cosas que no recuerdas haber comprado pero que ahí están esperando su oportunidad de cooperar en esta aventura desafortunada; el tentáculo era fácil de hacer con masilla, pero encontré una cola de dragón Alto Elfo de la época de Asarnil que incluía bits para personalizar al dragón partiendo del básico de plástico, así que me pareció que encajaba bien por la forma final de la cola. Un escudo me servía para crear una alcantarilla, el barril y la caja de resina no tengo ni idea de dónde salieron, y la rata formaba parte de un lote que entre otras cosas traía 4 ratas de los enjambres Skaven de metal, así que con todo marcado a boli sobre un taco de madera que me proporcionó mi suegro de vete a saber dónde y un poco de masilla para crear los adoquines marcados a boli sobre el taco, por fin tenía todos los elementos para la peana y sus complementos.

El diorama

Todo aquel que me conoce, y seguro que los que no ya lo sospechan, soy un manta haciendo peanas, en este caso he cambiado un poco la estrategia a la hora de pintar las miniaturas y las he enmarcado primero en su peana y trabajado con ellas de manera separada pero coordinada.

Normalmente me gusta montar la figura por completo para evitar situaciones del tipo: –Ups, el brazo no encaja con el arma. O ese otro famoso: –En este hueco me cabe un Devorador de Almas. Ya sé que a la mayoría de gente no le pasa, pero a mí sí y da mucha rabia, realmente dificulta pintar zonas como la camisa cerca del cofre, pero prefiero sufrir un poco a darme cuenta de que no encaja al 100% una vez pintado, en concreto las manos del cofre necesitaron de masilla para hacerlas encajar.

Así que aquí la tenéis, espero que os guste.

Un saludo.